
¿Qué pasa cuando firmó un pagaré y no lo pagas?
Cuánto tiempo es válido un pagaré
Contenidos
1. ¿Qué es un pagaré? 2. ¿Por qué es importante un pagaré? 3. Razones para considerar el uso de un pagaré4. Razones para no utilizar un pagaré5. Ejemplos6. Errores comunes7. Pasos para utilizar un pagaré8. Preguntas frecuentes9. Trabajar con un abogado
Los nombres alternativos de los pagarés son: Pagaré, pagarés personales, contratos de préstamo, pagarés, nota, formulario de pagaré, promesa de pago, pagarés garantizados o no garantizados, pagarés a la vista o papel comercial.
Como tal, un pagaré debe contener los requisitos habituales de un contrato, incluida la contraprestación, el acuerdo de voluntades y la capacidad. Pueden aplicarse las mismas defensas, como el fraude o la tergiversación, en caso de que se impugne la validez del pagaré.
Tenga en cuenta que algunos términos pueden solaparse o ser mutuamente excluyentes. Un pagaré que se reembolsa de una sola vez puede no tener un calendario de reembolso. El tipo de interés puede no indicarse explícitamente si el pagaré incluye el importe total a devolver.
Los pagarés convertibles se ven favorecidos porque permiten a la empresa retrasar la realización de una valoración formal, lo que significa que puede aumentar el valor antes de que se cotice y se venda el capital, y estos pagarés son más rápidos y menos costosos.
¿Es necesario registrar un pagaré?
Un pagaré es un instrumento de deuda que contiene una promesa por escrito de una parte (el emisor o emisora del pagaré) de pagar a otra parte (el beneficiario del pagaré) una suma de dinero definida, ya sea a la carta o en una fecha futura especificada. Un pagaré suele contener todos los términos relativos al endeudamiento, como el importe principal, el tipo de interés, la fecha de vencimiento, la fecha y el lugar de emisión y la firma del emisor.
Aunque las instituciones financieras pueden emitirlos -por ejemplo, es posible que te pidan que firmes un pagaré para pedir un pequeño préstamo personal-, los pagarés suelen permitir a las empresas y a los particulares obtener financiación de una fuente distinta a un banco. Esta fuente puede ser un individuo o una empresa que esté dispuesta a llevar el pagaré (y proporcionar la financiación) en las condiciones acordadas. En efecto, los pagarés permiten a cualquiera ser un prestamista.
Los pagarés, al igual que las letras de cambio, se rigen por el Convenio de Ginebra de 1930 sobre la Ley Uniforme de Letras de Cambio y Pagarés. Sus normas también estipulan que el término “pagaré” debe insertarse en el cuerpo del instrumento y debe contener una promesa incondicional de pago.
¿Qué ocurre si se pierde un pagaré?
Las condiciones de un pagaré suelen incluir el importe principal, el tipo de interés si lo hay, las partes, la fecha, las condiciones de reembolso (que pueden incluir los intereses) y la fecha de vencimiento. A veces, se incluyen disposiciones relativas a los derechos del beneficiario en caso de incumplimiento, que pueden incluir la ejecución de los bienes del emisor. En las ejecuciones hipotecarias y en los incumplimientos de contrato, los pagarés, de acuerdo con el CPLR 5001, permiten a los acreedores recuperar los intereses de demora desde la fecha de vencimiento de los intereses hasta que se establezca la responsabilidad[1][2] En el caso de los préstamos entre particulares, la redacción y la firma de un pagaré suelen ser fundamentales para el mantenimiento de los impuestos y los registros. Un pagaré por sí solo no suele estar garantizado[3].
El término pagaré se utiliza habitualmente en contabilidad (a diferencia de las cuentas por pagar) o comúnmente como un simple “pagaré”, está definido internacionalmente por el Convenio que establece una ley uniforme para las letras de cambio y los pagarés, pero existen variaciones regionales. Un billete de banco se denomina con frecuencia pagaré, ya que lo emite un banco y es pagadero al portador a la vista. Los pagarés hipotecarios son otro ejemplo destacado.
¿Qué hace que un pagaré no sea válido?
Los pagarés garantizados o “colateralizados” especifican explícitamente los activos que podrían utilizarse como garantía si la deuda no se paga según los términos del acuerdo. Cualquier cosa de valor potencial puede utilizarse como garantía, incluidos los activos empresariales, los bienes inmuebles y los bienes personales.
Definir las partes es importante en los litigios relacionados con los préstamos a empresas, porque en caso de impago, permite al prestamista determinar quién, concretamente, es responsable del reembolso y de cualquier garantía.
Los pagarés también deben contener cláusulas de “consideración de”, que especifican las condiciones de interés a las que tiene derecho el prestamista. Estas cláusulas suelen incluir un plazo muy específico para el devengo de intereses.
En caso de que su disputa sobre el préstamo desemboque en un litigio de cualquier tipo, querrá asegurarse de que usted, como prestamista, no ha infringido la normativa federal sobre préstamos justos, incluida la Ley de Igualdad de Oportunidades de Crédito (ECOA).
Para prepararse para presentar una demanda, debe reunir el pagaré original, así como cualquier registro formal o informal de su correspondencia con el prestatario que esté relacionado con el cobro de la deuda.